Relicario de 15 centímetros, bordado en lino con hilos de seda. Tiene en su interior las reliquias usadas por las monjas durante la colonia después de ser consagradas: Palma bendita, cera del cirio pascual, fragmento del evangelio de San Juan, la Magnífica y un pétalo de rosa bendita.
Según la tradición, estas bellas piezas con una fuerte carga simbólica, eran usadas cómo protección para niños y adultos.