martes, 5 de agosto de 2008

El guateque

" Esto que le voy a contar es muy cierto, lo juro por la santa memoria de mi abuelo: Cuando mi general don Emiliano Zapata vino al pueblo, dos de sus hombres se enamoraron perdidamente de dos muchachas de aquí, intercambiaron unas cuantas palabras y caricias y que se las roban, ellas al principio como que no querían pero finalmente...........eso sí, mi general les advirtió que tenían que casarse como Dios manda y él prometió ser el padrino en cuanto acabara la revolución. Desgraciadamente asesinaron a Zapata y a sus muchachos y el casorio tuvo que celebrarse en el más allá, dicen que cada año, el general celebra el acontecimiento con una gran fiesta en el altar que en su honor instalan los habitantes de Anenecuilco"