Hace muchos años años, en la calles de Jesús María, Tabaqueros, Roldán y otras del centro de la ciudad de México, había muchos negocios muy bien surtidos que vendían objetos de lámina cómo recogedores, embudos, cubetas, coladeras, raspadores de queso, cucharones de madera, molinillos, cucharas de madera y otros artículos para el hogar. Eran conocidos cómo jarcierías por qué la mayoría de su mercancía consistía en artículos hechos con palma: cestos, tompiates, escobas, sombreros, petates, cunas y aventadores.
Había artículos hechos palma e ixtle cómo en el caso de las escobas, la mayor parte de ellos eran traídos a la capital desde un pueblo llamado Santa María Chigmecatitlán en el estado de Puebla, donde los artesanos los tejían a mano. Actualmente, debido a la dificultad de conseguir la palma, la han sustituído con fibras de plástico que le han quitado el primitivo sabor.
Aquí les muestro una reproducción de uno de esos negocios casi en extinción.